Portugal
Portugal es un país que se descubre con el corazón, donde el mar susurra historias de navegantes y las ciudades respiran melancolía y alegría a la vez. Pequeño en tamaño, pero inmenso en alma, Portugal combina tradición, belleza natural y una hospitalidad que abraza al viajero desde el primer saludo.
En su capital, Lisboa, las colinas guardan miradores donde el sol se derrama sobre los tejados y el Tajo refleja la luz dorada del Atlántico. Los tranvías suben y bajan como si siguieran el ritmo de un fado, mientras los barrios de Alfama y Bairro Alto invitan a perderse entre aromas, guitarras y saudade.
Más al norte, Oporto ofrece su encanto decadente, con fachadas cubiertas de azulejos, puentes sobre el Douro y bodegas donde el vino cuenta su propia historia. Es una ciudad que mezcla trabajo y ternura, arte y nostalgia, siempre mirando al río que la hizo eterna.
Y entre ambos extremos, Portugal despliega una geografía de maravillas: los monasterios de Batalha y Alcobaça, las playas infinitas del Algarve, los pueblos blancos del Alentejo, los viñedos que se funden con la tierra. Cada región tiene su voz, su sabor, su ritmo pausado.
Viajar por Portugal es sentir el latido de un país que canta al pasado sin dejar de mirar al futuro. Tierra de marineros, poetas y soñadores, donde el tiempo fluye con dulzura y cada puesta de sol parece escrita para recordarnos que vivir también es navegar.


